¿Facilitador o Carga Adicional?
La inteligencia artificial (IA) ha sido promocionada como una herramienta revolucionaria que simplificará las tareas, mejorará la eficiencia y aumentará la productividad en el lugar de trabajo. Sin embargo, la realidad puede ser bastante diferente, como lo descubrió Neil Clarke, editor en el sector editorial.
Clarke y su equipo de la revista de ciencia ficción y fantasía, Clarkesworld, se vieron inundados con una avalancha de envíos generados por IA que eran «consistentemente malos». A pesar de la promesa de la IA para mejorar la productividad, Clarke descubrió que su carga de trabajo casi se duplicó debido a la necesidad de analizar manualmente cientos de piezas de contenido producido por IA.
El impacto de la IA en el lugar de trabajo no es uniforme y puede variar significativamente entre diferentes industrias y mercados. Mientras que algunas herramientas impulsadas por IA pueden ayudar a las personas a redactar rápidamente correos electrónicos, hacer presentaciones y resumir grandes conjuntos de datos o textos, otras pueden resultar en un aumento de la carga de trabajo y la intensidad del trabajo.
Un estudio reciente del Instituto de Tecnología de Massachusetts descubrió que el acceso a ChatGPT aumentó la productividad de los trabajadores a quienes se les asignaron tareas como escribir cartas de presentación, correos electrónicos «delicados» y análisis de costo-beneficio. Sin embargo, también es importante tener en cuenta las posibles consecuencias no deseadas de la adopción de la IA, como el aumento de la intensidad del trabajo y la falta de un impacto significativo en los salarios.
La IA tiene el potencial de ser una herramienta valiosa en el lugar de trabajo, pero es crucial considerar su implementación y uso cuidadosamente para evitar consecuencias no deseadas.